Desde mi punto de vista, el diseño, la iniciativa empresarial y la vida misma tienen algo en común: no se trata de alcanzar el éxito, sino de cómo un montón de fracasos inesperados conducen a un aprendizaje constante.

Como pequeño estudio que somos, hemos pasado por muchos procesos innovadores en nuestros siete años de vida: un día impulsando nuestra parcela creativa, y al siguiente mejorando nuestro enfoque de ventas y renovando nuestro proceso de entrega. Lo curioso es que, por mucho que lo intentemos, estamos seguros de que tendremos que dar un paso más después de nuestra primera propuesta / fracaso; sé que esto puede sonar bastante frustrante, pero en realidad no lo es, ya que hemos aprendido mucho de nuestros propios errores.

La idea principal es impulsar siempre una propuesta innovadora, y tras un proceso de "prueba-error", ahora estamos siendo capaces de identificar lo que funcionó y lo que no. Cuando hablamos de diseño, nuestro proceso es bastante obvio: crear un concepto tras analizar las necesidades de la marca, esbozar una idea, exponerla a tus colegas (practicamos esto de los "foros creativos" con regularidad), ajustarla a partir de sus comentarios y volver a intentar la fase creativa (y otra vez). En algún momento estarás seguro de que tu diseño está listo para presentarlo al cliente tras este minucioso proceso de remodelación. Hazlo rápido, no tengas miedo a fallar y llegarás a un resultado.

Si quieres profundizar en esto, echa un vistazo al lean startup de Eric Ries, hay mucha información que respalda este concepto y lo más importante: puedes aprenderlo y aplicarlo en poco tiempo.