Las marcas que destacan no son siempre las que hacen las cosas de forma diferente, sino las que se comunican eficazmente con sus usuarios. La gente se siente identificada con el dogma de la marca y por eso se crea una base de seguidores fieles. Rebobinemos un poco y pensemos en el núcleo principal del diseño gráfico, es decir, sí, ha mejorado considerablemente la estética de los productos y servicios, pero hacer sólo ESO no es lo importante, su propósito real es resolver problemas de comunicación visual, así que aquí es donde el diseño difiere del arte, no se trata sólo de evocar emociones, sino de hacer que las cosas funcionen realmente, enviando el mensaje adecuado al objetivo adecuado.

Por eso nos encantan las grandes marcas, la música, los libros y todo tipo de productos, porque sentimos que nos escuchan, porque sentimos que pertenecemos a algo.