El diseño no es un acto egoísta
Seguimos las últimas tendencias, creamos los productos más chulos, hacemos las mejores campañas. Pero de vez en cuando deberíamos echar la vista atrás y ver si alguna de estas cosas tiene algún valor real. Me he dado cuenta de que vivimos a gran velocidad, siempre intentando llegar a algún sitio lo antes posible, por eso nos perdemos sobre todo momentos, perspectivas y pensamientos importantes, no debemos perder la perspectiva de que lo único que importa, lo que realmente nos mantiene en movimiento, es la propia humanidad; preocuparnos los unos por los otros, esa es la espina dorsal del diseño, de todo. No debemos ignorar que crear algo para ayudar a otra persona, en cualquier parte del mundo, es el único propósito del diseño. Se trata de crear un impacto en la gente, quizá emocional, quizá físico, quién sabe. Pero la próxima vez que te centres en crear algo, no pierdas de vista que el diseño sólo funciona cuando piensas en cómo puede ayudar a los demás.